Los ayuntamientos se cierran en banda y sus funcionarios hacen gala de su dejadez.
Los cuerpos de seguridad del estado no ejercen la ley y dejan sin seguimiento los casos como si solo fuera un papel más.
Las familias y amigos sienten el destrozo de la pérdida sumado al abandono de aquellos que en teoria deberían EJECUTAR la ley y hacer que este sea un estado de verdaderos derechos.
Sale demasiado económico para el ASESINO sesgar una vida ya que su libertad pasa por encima y no solo de su víctima.
El único "aliento" que tienen los afectados es el apoyo "moral" que la presión en redes sociales y medios de comunicación puedan efectuar.
El uncio modo que queda de justicia verídica es cada vez más la propia. Ejercer de juez y verdugo y pasar al ojo por ojo.
Viendo las consecuencias que se tendrá sale a cuenta en pro de vengar a las víctimas.