Hace algunos meses, en conversaciones sobre estrategia militar con expertos y mandos, comenté que USA haría de tripas corazón, o valoraría más la cartera que la conciencia y otorgaría a Afganistán el mismo trato o similar que a Israel.
En su momento se me tachó de estúpido y otros calificativos tan o más agradables.
USA ya tiene antecedentes de falsedad, de aprovecharse de otros para llegar a un objetivo, o buscar modos de sacar rendimiento al dolor. Pero esta vez se ha superado. Desde la “Guerra del golfo” que no se veía un doble juego tan claro. Pero bueno…así es esta sociedad actual.
La cuestión más surrealista es: ¿Qué sucedería si Israel entrase en conflicto con Afganistán?
Y es que el trato de favor hacia Afganistán, se ve actualmente con gran beneplácito, en busca de un falso interés contra las facciones “talibanes” de Pakistán y un modo de ganar terreno a Irán (países que, lógicamente, según su política, desean apretar las tuercas para la rotura de pactos entre Oriente y Occidente) teniendo en cuenta que para los mismos USA es la capital de Occidente (ironía lógicamente) ya que estamos en una sociedad en la cual si atacaran extraterrestres o se produjese un impactante ataque terrorista solamente se atacaría a USA…
Tal vez sea esta la diferencia entre Occidente y el Mundo Árabe: Aquí se basa en la confianza o pasotismo de nuestra sociedad hacia sus gobernantes: manifestaciones pacíficas o movilizaciones como la del 15M, la cual (recordemos el ejemplo de Barcelona) disminuyó su magnitud ante un partido Barça-Madrid; O sin más, cualquier día de las semanas de verano podemos ir al centro de la ciudad y ver una marabunta comprando todo lo que se puede desear ignorando olímpicamente la crisis.
En contrapartida, vemos ejemplos cómo el del pueblo libio que se revolucionó con la crudeza digna de relatos del medievo contra su dictador, o Siria que crea una guerra civil.
Está claro que esta que esta sociedad ha perdido el rumbo… pero:
¿Estaremos a tiempo de recuperar la cordura y hacer algo más que reclamar?
¿Lograremos ser escuchados y no oídos por nuestros políticos?
¿Seguirán haciendo lo que quieran?
¿El pueblo realmente reaccionará?
Quizás no debamos, no queramos o no podamos llegar a las armas como en los países antes mencionados, pero sí organizar una resistencia contra las decisiones del Gobierno más contundente…
Lo que está claro es que no llegaremos a ningún lado aprovechando las “manis” para ir “de cañas” o de “jaloteo”…
Ahí queda eso…
A buen entendedor, pocas palabras…
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