Tenemos que hablar claro:
Cuanto utilizas tu tiempo en ayudar a familias en riesgo de exclusión social lanzadas a la pobreza y el abandono de las instituciones, familias con un nivel económico tan ínfimo que se ven obligados a buscarse un techo por todos los medios y ves como las instituciones que se llenan la boca de lo que van hacer por ellos les abandonan e ignoran convirtiéndoles en un número más del cómputo de la desigualdad y precariedad, cuando ves sus problemas alimenticios, sanitarios, sus carencias sociales. Cuando vives su dolor, sus ansiedades, sus miedos sobre qué pasará con ellos, como le darán un presente, un futuro a sus hijos. Vives esas situaciones y observas como se les pone en el mismo saco a de estos sujetos que solo buscan un campo de juegos, un lugar donde dar rienda suelta a sus vicios y decadencia compartida, como simplemente quieren un lugar donde cobijarse mientras consumen drogas, hacen sus juergas y crean su reino de falsa anarquía con la total soberbia que les da saber que tienen impunidad.
Al saber que aquellos que deberían preocuparse por las carencias sociales y las familias en exclusión les dan su soporte e incluso les animan a seguir en su batalla, con la falsa excusa de la ideología política y de la lucha contra el sistema.
Sistema del que viven aquellos gobernantes que desprotegen a la sociedad, a los que solo les interesa tener su asiento asegurado y su sobresueldo sin preocupaciones.
Cuando ves está situación social te das cuenta del necesario cambio de paradigma y de empezar a cambiar de una vez por todas este sistema que está creando familias pobres ilusionadas con ayudas y opciones que nunca llegarán. Familias que por necesidad aceptarán cualquier promesa que les den pensando aún que deben agradecer al calienta asientos de turno la falsa dedicación.
Hay que terminar de una vez con la impunidad que se da a estos energúmenos que no solo están causando problemas de civismo sino también agravando los problemas sociales de los verdaderos afectados por la vivienda y la deriva social.
Hay que terminar con la creencia que este colectivo de ocupas violentos son defensores de una ideología política determinada ya que estos simplemente aprovechan la situación para batallar y dar rienda suelta a su decadencia, con lo que también causan un problema ideológico ya que ensucian las verdaderas causas de las luchas civiles.
Hay que vigilar que nuestros pequeños no terminen creyendo que estos falsos "anarquistas" "revolucionarios" "rebeldes" pues todos hemos sido jóvenes influenciables y sabemos de lo que somos capaces de hacer por ir contra el orden establecido por la rebeldía de la inconsciencia e inmadurez.
Seamos conscientes de lo que sucede y pongamos solución.
Es por el bien de todos... Todos