Hemos cometido el error de valorar la noticia de estos muchachos, bajo el prisma occidental y acomodado de nuestras vidas de ciudad en las que lo más arriesgado es cruzar la calle en rojo. Hemos comparado nuestro deficiente conocimiento del entorno con un conocimiento y enseñanzas de supervivencia que se han transmitido de generación en generación.
Menospreciando una vez más el potencial de las culturas nativas y sus conocimientos.
Las enseñanzas que esos pequeños llevaron desde su más tierna infancia supera con creces lo que creemos. Mientras nuestra sociedad se hecha las manos a la cabeza y nombran el suceso cual milagro, la supervivencia de estos niños en las inclemencias y peligros más duros está basada en el conocimiento ancestral que llevan en sus espaldas.
Si bien es cierto que la aplicación de tales conocimientos es realmente sorprendente. Debemos poner en valor las enseñanzas de sus abuelos, aquellos que les dieron las claves de la supervivencia extrema, los conocimientos de orientación etcétera.
Fielmente esté suceso confirma la necesidad de educación y conocimiento de esas técnicas de supervivencia y manejo de las más inesperadas situaciones. Con lo que lograríamos alcanzar un nivel de resolución más que necesario.
A mí pesar ahora se van a oír cosas como que es gracias a los simples kits de supervivencia que se lanzaron, o incluso que fue gracias a las oraciones que estos muchachos lograron sobrevivir.
A que espera nuestra sociedad para dar valor a los conocimientos de antaño?
Porque no se dan claves de supervivencia en esta sociedad nuestra?
Acaso nuestra vida acomodada ya es un seguro contra situaciones de riesgo?
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