Vemos una vez mas la demostración grafica de lo que ya sabemos bien, que aquellos que se declaran abiertamente extremistas de un ideal de seguimiento ya sea deportivo, político o cultural, yacen en una batalla cara a cara con la sinrazón dosificada a ambos lados.
Los extremos no representan más que aquellos que utilizan el motivo de base de muchos con un fin propio de ocultación de sus necedades y necesidad de contextualizar sus mas bajos instintos en el momento de explosión.
Debemos diferenciar aquellos que aun somos conscientes el valor de la lucha dual y el realismo de los argumentos de cada posición en vez de utilizar la tergiversada imagen de un colectivo radicalizado en pro fe generalizar y poder englobar a nuestros contrarios en el contexto mas denigrado de su propio ideal.
No debemos hacer leña del arbol enemigo si un fruto sale podrido, ya que entre nuestros semejantes también hay frutos pasados.
Debemos mantener al marjen de nuestros movimientos colectivos radicalizados o radicales en pro de la conservacion de la dignidad de nuestra lucha, tengamos en cuenta que aquellos que están al otro lado, yacen ojo avizor a nuestros mas leves fallos en pro de derrocar la lucha de muchos por los errores de unos pocos.
Y esto solo lo conseguiremos de raiz, desvinculando de nuestras filas aquellos que no sigan el fin y si la manera, desterrar de nuestro credo aquel versículo tan gastado de el fin justifica los medios, ya que el medio radical empaña el fin deseado y el largo trabajo que lleva detras el ideal.
Tal articulo es aplicable a ambos lados de la balanza y deberíamos aplicarlo todos por igual.
En pro de conseguir nuestro fin.
Hagámoslo bién.
No de cualquier modo.
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