Encuentro que en estos tiempos de dolor y tristeza, donde no nos sentimos representados, es necesario recordar el viejo estilo del periodismo. La epoca del mal cafe y la pregunta a la fuente, de opinión formada a través del conocimiento de causa y la investigación sistemática del entorno, de no morderse la lengua ni censurarse para quedar bien. Por tal acto creo este espacio.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Ecto life granjas humanas

En los viejos tiempos recibíamos las noticias de las investigaciónes terroríficas llevadas a cabo en los centros de exterminio del Nacional socialismo radical de manos de eminencias científicas como el Doctor Josefa Mengele, al cuál se le atribuyen estudios dignos de la cultura popular del cariz de Víctor Frankenstein o aquellos científicos locos que la ciencia ficción ha ido diseminado entre la cultura. Cómo bien es sabido la realidad supera muchas veces la ficción y está a su vez está muchas veces nutrida de avances tecnocientificos asombrosos.

Si hace unos años teníamos la noticia de las especificaciones técnicas que llevaron al resultado de investigaciones de transplante de miembros entre animales, cabeza etcétera, por parte de la antigua unión soviética, hasta la creación de la famosa oveja Dolly, primer animal reconocidamente clonado. O los avances en el útero artificial con capacidad para incubar humanos con las mejoras posibles que ofrece la intervención genética. Ahora recibimos datos sobre la primera planta de gestación masiva lo cual significa un gran avance para la ciencia y una confirmación de las extravagantes prioridades de la investigación y la sanidad mundial.

Lo cual abre un abanico de preguntas de tinte existencialista y moral, así como una interrogativa hacía cuales son los planes reales del sistema gubernamental a nivel mundial.

Dejando de ser aquello llamado conspiracionismo y regresando al término periodismo de investigación o simplemente sed de conocimiento.

El llamado proyecto "ecto life" con el que supuestamente se a bautizado el campo de gestión, nos lleva a un distópico futuro en el cual la interacción humana quedará relegada a unos pocos con lo que a nivel genético conlleva.

Serán más marcadas las diferencias sanitarias entre las clases altas las cuales serán abiertamente las sanas y las bajas aquellas llenas de enfermedades?

Quién controlará la modificación genética que se realice?

Que cambios geopolíticos legales habrá que tener para regular este mercado?

Que directrices morales están capacitadas para la decisión de la solución a la controversia básica que esto conlleva?

Estamos ante un mercado de recambios y esclavos?

Pensemos.

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